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Victor Jara un canto inconcluso pdf 26: A biography of love, hope and resistance



[28] Durante la gira por Europa, con Cuncumén, mantiene una constante correspondencia con su esposa Joan contándole sobre las sociedades socialistas y de su necesidad de militar en el PC Chileno (Cfr. Turner, Víctor, un canto inconcluso, 69-74). El repertorio de obras que trabajó como estudiante de dirección también daría cuenta de esta politización en las tablas, montando La mandrágora de Machiavello, Milagro en el mercado viejo de Osvaldo Dragún, La excepción y la regla de Bertolt Brecht y Ánimas de día claro de Alejandro Sieveking. Sepúlveda, Víctor Jara, su vida y el teatro, 51.




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[64] Y con quienes Víctor tenía diferencias ideológicas, respecto a Quilapayún Joan Turner cuenta: Todos eran universitarios de buenas familias, cuyo compromiso político no surgía de una experiencia directa de la pobreza, sino de una convicción intelectual. Era una brecha difícil de salvar Turner, Víctor, un canto inconcluso, 116.


[67] Canción por la cual Víctor fue perseguido y amenazado varias veces. El caso más controvertido fue cuando se presentó en el Colegio St. Georges invitado por el Centro de Estudiantes. Recibió una serie de insultos y de apedreadas comandadas por uno de los hijos de Pérez Zujovic. Véase Turner, Víctor, un canto inconcluso, 134-135.


18 Colección Pongo en tus manos abiertas En marzo de 1950, Víctor debió enfrentar uno de los momentos más tristes de su vida y que afectó profundamente la unidad familiar, la muerte de su madre Amanda ( ) Su muerte significó una profunda conmoción para él; la quería entrañablemente y siempre había creído que algún día podría ayudarla y descargarla de sus duras obligaciones. Y entonces experimentó una sensación de desolación y vacío, casi de remordimiento. (Joan Jara. Víctor, un canto inconcluso. LOM, p. 42) Fue en Población Nogales donde encontró amigos de verdad que le ayudaron. Julio y Humberto Morgado habían sido compañeros suyos en la escuela primaria, y su padre, don Pedro Morgado, era un hombre generoso, que había sido amigo de Amanda ( ) (Joan Jara. Víctor, un canto inconcluso. LOM, p. 42) A raíz de la muerte de su madre, Víctor abandonó sus estudios de contabilidad, y buscó consejo con un sacerdote amigo. En 1950 ingresó al Seminario Redentorista de San Bernardo, donde aprendió canto gregoriano. Sin embargo, al darse cuenta de que no poseía ni la disciplina ni la vocación necesaria dejó el seminario y a los pocos días fue llamado a realizar el servicio militar obligatorio. Años después dijo: Creo que el militar profesional, por el hecho de llevar uniforme y tener autoridad sobre el resto de los efectivos, pierde el sentido de su propia clase. Pienso que el ejercicio del mando le sitúa, consciente o inconscientemente, en otro plano y que ve la vida desde un punto de vista diferente. Se cree superior. Recuerdo que, en mi condición de soldado raso, tenía que lustrarle las botas a un oficial o limpiarle la casa, y eso me parecía muy natural Por cierto, consideraba casi un privilegio que me pidieran hacerlo, porque significaba que yo era muy disciplinado y se podía confiar en que cumpliría correctamente. Pero ahora, pensándolo sin aquella inocencia, creo que era un condicionamiento: el servilismo del recluta condiciona tanto como la superioridad del oficial. (Joan Jara. Víctor, un canto inconcluso. LOM p. 44) 18


22 Colección Pongo en tus manos abiertas Será en los momentos de todo buscar que el teatro alimenta tu sed de crear. El canto del pueblo, la vida, el amor, orillando el río se rompe mi voz. Fragmento de Como una historia. Isabel Parra 22 En 1953, Víctor deja la Escuela de Infantería de San Bernardo y vive un escenario de completa incertidumbre sobre su vida. En este contexto, encontró por casualidad, una oportunidad para volver a cantar, única actividad que extrañaba del tiempo en el seminario. Gracias a un anuncio en un diario, en 1953 audicionó para ingresar al Coro de la Universidad de Chile, donde participó en la obra Carmina Burana de Carl Orff con ballet de Ernst Uthoff. A finales de 1954, Víctor había adquirido una nueva conciencia. Se despidió del trabajo cogió sus escasos ahorros y viajó al norte con un grupo de nuevas amistades del coro, para recoger e investigar música popular de la zona. Empezó a redescubrir el patrimonio musical heredado de su madre (Joan Jara. Víctor, un canto inconcluso. LOM p. 45) Posteriormente, ingresó a la Compañía de Mimos de Enrique Noisvander y en 1956 entró a estudiar a la Escuela de Teatro Experimental de la Universidad de Chile, gracias a becas internas de la Universidad y a la ayuda en alimentación que recibía de Cáritas. En la Escuela compartió estudios con Nelson Villagra, Miryam Benovich, Nancy Toro, Jaime Vadell, Tomás Vidiella, Luis Barahona, entre otros; y compartió escenario con Bélgica Castro y Marés González. Para mi fue bueno encontrarme con Víctor en aquella etapa de mi vida, porque a pesar de tener muchas ganas de ser actor, yo no dejaba de ser un chico provinciano, y el ambiente teatral me parecía demasiado sofisticado, y me hacía sentir un poco ajeno a todo lo que me rodeaba. Así, que conocer a Víctor, fue muy alentador porque me di cuenta de que había gente que vivía de otro modo el hecho artístico. Conversábamos mucho acerca del futuro. Los dos teníamos la esperanza y la ilusión de modificar lo que se estaba haciendo en teatro en aquellos años. no puedo precisar qué era exactamente lo que íbamos a modificar, más bien se trataba de convertir el teatro en


24 Colección Pongo en tus manos abiertas como en su multidisciplinario caudal creativo y conexión con la realidad social (Gabriel Sepúlveda. Víctor Jara, su vida y el teatro p. 26) A partir de 1969, y paralelamente a su trabajo como director teatral, las composiciones musicales de Víctor Jara comienzan a tener gran repercusión en la sociedad, evidenciando su compromiso político. Así queda de manifiesto en sus composiciones para el disco Pongo en tus manos abiertas primer trabajo editado con el sello de las juventudes comunistas, antecesor de DICAP (Discoteca del Cantar Popular). Es tal el nivel de repercusión de sus canciones que en una ocasión fue atacado en el Colegio Saint George mientras interpretaba Preguntas por Puerto Montt, composición que había creado a raíz de la matanza de Pampa Irigoin perpetrada por Carabineros contra pobladores y pobladoras de una toma de terrenos en Puerto Montt en marzo de A finales de los años sesenta las canciones de Víctor ya no eran autobiográficas sino que versaban sobre problemas, tareas y objetivos generales que afrontaban los pueblos latinoamericanos (Joan Jara. Víctor, un canto inconcluso. LOM p. 123) Poco a poco, consciente del impacto y la capacidad de comunicación que generaban sus canciones, Víctor Jara decide optar por concentrar sus esfuerzos en la música y dejar por un momento su labor en el teatro. Si bien la música de Víctor Jara es lo que ha alcanzado mayor masividad y figuración, su relación con el teatro fue intensa y destacada, especialmente en su trabajo como director. Su capacidad de creación y trabajo colectivo, su sensibilidad para abordar los textos dramáticos y su sentido estético fueron esenciales para que obras como Ánimas de día claro y La Remolienda, del dramaturgo Alejandro Sieveking, lograran transmitir la esencia de la vida y cultura campesina. Lo mismo ocurrió, con las obras El círculo de tiza caucasiano de Bertolt Brecht, Los invasores de Egon Wolff y Vietrock de Megan Terry, que posibilitan a Víctor Jara manifestar su opción por un teatro vinculado con la realidad política y social. 24


29 VICTOR JARA Porque de todo elemento el hombre es un creador La vida familiar era un pilar muy importante en la vida de Víctor Jara. Mientras estudiaba teatro en la Universidad de Chile, conoció a la profesora y bailarina Joan Turner. Luego, en 1960 iniciaron su relación de pareja y Víctor adoptó emocionalmente a Manuela Bunster Turner -hija de Joan y su primer marido, el bailarín y coreógrafo Patricio Bunster-. Así formaron una familia que en 1964 creció con el nacimiento de la segunda hija del matrimonio, Amanda Jara Turner. Es indudable que el hogar era vital para Víctor, lo mismo que el amor y el afecto, después de las vicisitudes de su infancia. Era capaz de una forma de amar que me permitió respirar y crecer. Jamás me utilizó como espejo ni me exigió vivir de acuerdo con el ideal que tenía de mí. Con el paso del tiempo, su felicidad sirvió para fortalecer su sentido de la responsabilidad y le llevó a trabajar con creciente intensidad por las cosas que consideraba necesario conseguir. Creo que abrigaba la esperanza, al igual que yo, de que algún día habría más tiempo. Con frecuencia solía decirme: Te das cuenta de la suerte que tenemos al querernos como nos queremos?. (Joan Jara. Víctor, un canto inconcluso. LOM p. 78) En una de sus últimas entrevistas, Víctor señaló: El matrimonio es la cosa más maravillosa del mundo cuando dos seres humanos se aceptan como son y se integran totalmente. Pero es difícil, sí es difícil... Estamos tan llenos de temores y de angustias. Nos han hecho así, listos para defendernos y para creer que siempre tenemos la razón. A pesar de todo, Joan y yo somos muy felices tenemos dos hijas, Manuela y Amanda, por las que confieso absoluta debilidad. En mi día ideal, estaría todo el día en la casa, no habría fuerza que me hiciera salir. Me dedicaría a trabajar en el jardín, a hacer aseo, a contemplar muchas cosas que, por falta de tiempo, no puedo contemplar ahora a jugar con mis hijas (Entrevista. Víctor Jara hacia un mundo mejor.1969) 29


34 Colección Pongo en tus manos abiertas Finalmente, el 16 de septiembre de 1973, en los camarines del subterráneo del estadio, Víctor Jara fue acribillado con 44 balazos. Acostada en la cama el sábado por la noche no puedo decir que durmiendo-, con la vista fija en el techo, empezó a cubrirme un tipo distinto de frío desesperanza. Me incorporé bruscamente, con el corazón en la boca: Víctor no estaba allí (Joan Jara. Víctor, un canto inconcluso. LOM p. 246) El asesinato de Víctor Jara se mantuvo en la impunidad durante 45 años, a pesar de la lucha de la familia y de la solidaridad y presión internacional. Recién en julio de 2018 se dictó sentencia de primera instancia que condena a 9 ex oficiales del ejército a prisión efectiva por el secuestro y asesinato de Víctor Jara y Littré Quiroga. Sin duda este fallo es una derrota importante para los que quieren negar la historia y un duro golpe a la impunidad. Pero también es cierto, que un fallo condenatorio que llega después de 45 años, difícilmente puede ser considerado justo. (Declaración Pública Familia de Víctor Jara 7 de julio 2018) A pesar de su asesinato Víctor sigue viviendo hoy; en todos los que sueñan y trabajan por un mundo mejor. Sus canciones, su ancha sonrisa continúan iluminando nuestros sueños y esperanzas Joan Jara 34 2ff7e9595c


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